Según trascendió, móviles del Grupo UTOI de la Policía habrían interceptado a la Peugeot Partner, al detectar que realizaba maniobras imprudentes por la zona. Una vez detenido el vehículo, los efectivos verificaron que se trataba de una unidad de traslado de pacientes, el cual sólo era por entonces tripulado por su conductor, no llevando a ningún enfermo en la parte trasera.
Sin embargo, al notar el fuerte olor etílico del conductor, los uniformados dieron aviso a la dirección de Tránsito del Municipio de Quilmes. Los agentes bajaron al lugar y practicaron el test de alcoholemia al ambulanciero. El mismo arrojó resultados positivos, lo que desató la furia del hombre, quien protagonizó un escándalo a los gritos en la calle requiriendo que se lo repitieran: cuatro veces en total confirmaron que el chofer se encontraba alcoholizado.
Ante tal evidencia, los agentes de Tránsito comunales procedieron al secuestro de la camioneta. Entre tanto, el hombre no terminó detenido, pese al berrinche proferido, que terminó por llamar la atención de todos los vecinos de la cuadra.