Gil Yobera tenía 58 años y atendió a los pacientes que llegaban al nosocomio público quilmeño hasta el último momento. A fines de julio comenzó a presentar síntomas y quedó internado en el Iriarte, pero días más tarde terminó siendo derivado al Hospital de Alta Complejidad el Cruce de Florencio Varela, dada la gravedad con la que avanzaba la enfermedad.
“En la comunidad médica de la ciudad impactó muy mal y con mucho dolor la noticia de su fallecimiento. Lino era muy querido, todos le tenían gran aprecio y un gran respeto, por eso lo sentimos mucho realmente. Muy trabajador, comprometido, siempre que necesitamos una mano Lino iba a estar presente. Uno de sus legados más importante es no sólo el trabajo y compromiso, sino también la amistad, ya que era amigo de todo el hospital y siempre estaba dispuesto a ayudar, una muy buena persona”, describió el director del Iriarte, Juan Fragomeno, en diálogo con PERSPECTIVA SUR.
La ambulancia que retiró el cuerpo de “Lino” Gil hizo una última pasada por el Hospital Iriarte, donde dedicó años de esfuerzo y trabajo, para una conmovedora despedida. Todo el personal de la salud le dedicó un sentido aplauso a modo de homenaje. “Esta es la muerte de un colega que murió trabajando y luchando contra el coronavirus. Sabemos perfectamente que es una de las cosas que nos pueden ocurrir”, agregó Fragomeno.
DOLOR
Cabe mencionar que es la segunda víctima fatal en el plantel del Iriarte: semanas atrás había fallecido una enfermera. Al respecto, el Director del nosocomio remarcó que “cuando uno dice de cuidarse, mantener distanciamiento social, usar barbijo y cuidar la higiene, muchos desafían eso. Nosotros terminamos con un colega muerto atendiendo a la gente, se murió haciendo ejercicio de su profesión”, afirmó, en un llamado a la reflexión.