Un grupo de mujeres se encontraba disfrutando de una jornada de playa cuando fueron sorprendidas por la presencia inesperada de un casuario.
Este ave, considerada una de las más peligrosas del mundo, se acercaba lentamente, generando una mezcla de curiosidad y temor entre las presentes.
El casuario es famoso por su comportamiento agresivo y sus letales garras de 10 centímetros, capaces de herir gravemente a cualquier persona o animal que se cruce en su camino. Habita principalmente en Nueva Guinea, donde es temido por su habilidad para atacar rápidamente.
Expertos y lugareños advierten a los turistas sobre la necesidad de mantenerse alejados de estos animales, ya que una sola patada puede ser fatal. La prudencia es esencial para evitar encuentros desafortunados con esta especie.