Con bengalas de colores, ruidosos silbatos, pancartas, rostros pintados, y mostrando ombligos y amplias sonrisas, chicos y chicas festejan la finalización de la escuela secundaria. El sol radiante, la temperatura veraniega, y la antesala de un fin de semana largo configuran la mejor invitación para la fiesta adolescente.
Esta celebración en plaza Conesa es ya un clásico para los alumnos del sexto año de la secundaria, y aunque las clases recién finalizan en diciembre, los adolescentes adelantan la fecha para apropiarse de ese espacio urbano que tiene un claro sentido identitario para las edades jóvenes.
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En horas tempranas de la tarde aún no se habían producido ni desmanes ni destrozos, no obstante las fuerzas de seguridad se encuentran alertas porque en casi todas estas fiestas estudiantiles ocurren sobresaltos, muchas veces incentivados por la ingesta de bebidas alcohólicas y las clásicas rivalidades entre escuelas de Quilmes centro.