Este jueves aterrizó por la mañana en la Antártida el primer vuelo comercial: Un Boeing 787 Dreamliner. Se trata de un hito histórico para la aviación europea, ya que antes solo habían podido llegar aviones de menores dimensiones, como los aviones de carga y los aviones de hélice, más fáciles de controlar en un entorno tan complejo como es el continente helado de la Antártida.
Con el éxito de este aterrizaje se abren las puertas a nuevas oportunidades en el continente. Dreamliner es un avión más grande y cómodo, lo que podría hacer que la Antártida sea más accesible para los científicos y los turistas.
El vuelo N0787 -el que ha hecho historia- ha sido fabricado por la empresa Boeing Dreamliner, el segundo mayor fabricante de aeronaves comerciales del mundo. Operaba bajo la compañía noruega ‘low cost’ Norse Atlantic y transportaba a varios científicos y suministros vitales a la estación de investigación de Troll (al mando del Instituto Noruego de Investigación Polar) y situada en la región de la Tierra de la Reina Maud, un sector de la Antártida oriental sobre el océano Antártico.
«Nos sentimos increíblemente honrados de formar parte de este pedazo de la historia, que marca un hito muy especial para Norse. Queremos expresar nuestra más sincera gratitud al Instituto Noruego de Investigación Polar, que nos ha confiado esta importante misión», publicaban en redes Norse Atlantic y Boeing tras el exitoso aterrizaje.