Carlos Annacondia, coordinador de la Agrupación Más Vida de Quilmes, se refirió a la labor que realizan entre los más vulnerables, así como a las necesidades sociales y humanas
“Hace por lo menos 10 años que venimos trabajando a pleno en la labor social con los más postergados y los más humildes. Los que, como mi familia, hace varias generaciones que venimos trabajando en esta tierra siendo bendecidos por Dios, creímos que era oportuno aportar nuestro granito de arena. Es muy triste ver el crecimiento de la pobreza en nuestra ciudad y por eso entendimos que si no ponemos un poquito todos, es difícil salir adelante. A muchos de nosotros Dios nos bendijo y nos ha dado mucho más de lo que a veces necesitamos; pongámonos a colaborar con aquellos que no”.
“La Agrupación Más Vida de Quilmes tiene distintos lugares de atención hoy en día, y también en otros lugares del país. Sólo en la sede central de Quilmes somos más de 400 voluntarios que estamos trabajando, pero lo importante no es sólo la asistencia, sino también poder transmitir esperanza, lo que para nosotros es el mensaje de Jesucristo. Porque creemos que la mayor carencia de muchos argentinos es la ausencia de esperanza en el corazón”.
“Obviamente cuando la pancita duele, los pies están fríos, y la gente está sufriendo, es difícil llegarles con palabras; por eso nos vemos en la necesidad de asistirlos en lo urgente para después poder empezar a hablar de cosas importantes. Consideramos importante acercarnos a la gente para ayudarlos a cubrir esas necesidades básicas ayudándolos a salir de ese lugar de postergación. Muchas veces la gente no sabe cómo salir de ahí, no es que no quiere. Muchas veces la gente no sabe cómo salir de ahí, no es que no quiere”.
“Nuestro cuartel central de operaciones, como yo llamo a la sede central de la Fundación Más Vida, está abierta todos los días de 8 a 22, de lunes a lunes, en Mármol 470 entre Paz y Pringles, Quilmes Este. Allí los más de 400 voluntarios en distintos turnos preparan los alimentos desde la mañana, porque al mediodía recibimos y damos alimentos a más de 150 personas que vienen a buscar su vianda, y para la merienda tenemos entre 120 y 150 chicos. Allí también tenemos el servicio de peluquería social, apoyo escolar para niños, alfabetización para niños y adultos”.
“Vengo de una familia pastoral de muchos años y para nosotros el encuentro con el otro es muy importante. La parte afectiva es lo que le devuelve al otro la dignidad, para que la gente no se sienta un número en el ANSES, o un número en la cola, sino que es una persona, que tiene un nombre. Por eso festejamos los cumpleaños, convocamos a las mamás a que traigan a los chicos de los distintos barrios para celebrar su cumpleaños demostrándoles empatía y cariño a nivel personal”.
“Somos muchos voluntarios que llevamos el día a día de cada persona, que nos interesamos, y supervisamos el tema de la salud ya que tenemos un servicio de clínica médica, psicopedagogía, ahora incorporamos un neumonólogo porque en Quilmes hay muchísimos chicos con problemas en sus vías respiratorias, por el tema de la humedad, la infraestructura de dónde viven, el hacinamiento, condiciones poco dignas, con pisos de tierra”.
“La gente es muy desconfiada y no siempre solidaria, solo cuando comprueban que su ayuda su aporte realmente llega. Por eso más vida funciona gracias al aporte de mucha gente que colabora con alimentos, con financiamiento. Hoy estamos necesitando ropa de abrigo, porque entre el almuerzo y la cena tenemos el ropero solidario. En invierno las necesidades se sienten mucho más: La gente necesita más calorías, más abrigo. Lo mismo que las necesidades habitacionales, más ahora que venimos de inundaciones”.
Todo aquél que pueda realizar donativos, o bien desee ser un voluntario de la agrupación, se podrá presentar en su sede de la calle Mármol 470.