El mismo viernes en que PERSPECTIVA SUR publicó el malestar que provoca Carlos, un grupo de vecinos se apersonaron en la Comisaría Novena y solicitaron la intervención de la Justicia para que lo internen.
Tomó cartas en el asunto el Juzgado de Familia N° 1 de Quilmes, el cual ordenó trasladarlo al Hospital de Quilmes con una ambulancia del CREM, con el acompañamiento de algún familiar y la policía, para que sea peritado por psiquiatras y médicos, y se resuelva su situación.
El caso de Carlos sigue provocando comentarios entre los vecinos, dado que días atrás ensució el portón y las rejas de una vivienda con excremento.
Se recordará que un vecino, que no quiso dar a conocer su identidad públicamente por temor a las represalias, fue el primero que expuso la problemática que representa un sujeto con desórdenes mentales viviendo a la intemperie en la plazoleta del barrio. El vecino había dicho que el sujeto tenía familia, y que lo habrían echado de la casa.
Mirta, otra vecina, salió al cruce de esta información aseverando que el hombre se había ido voluntariamente de la casa familiar debido a que no quería tomar la medicación psiquiátrica prescripta. Defendió al hermano, señalando que la familia había hecho todo lo posible por contenerlo.
Pero destacó lo difícil que resulta al vecindario convivir con una persona que se pone agresiva si, por ejemplo, alguien se niega a darle alimentos o cigarrillos, y además, acumula basura. Abogó por que el Estado intervenga, lo hospitalicen para obligarlo a tomar la medicación, ya que cuando lo hace, es una persona estable.
Así las cosas, todos los vecinos interesados coincidieron en la necesidad de que Carlos reciba la correcta atención psiquiátrica en un espacio donde lo puedan contener, ya que por la misma condición psiquiátrica, si no tiene un seguimiento cercano él no toma la medicación que le permite una sana convivencia con la comunidad.