Reino Unido ha vivido este sábado 10 de junio el día más caluroso del año, con temperaturas por encima de los 30 grados. Un calor extremo que ha podido con la inquebrantable resistencia de algunos miembros de la Guardia Real Británica a los que, desde luego, sus famosos sombreros de casi 1 kilo de peso no les han ayudado.
El Príncipe Guillermo ha ocupado el lugar de su padre durante el accidentado ensayo. Hasta 1.500 soldados han participado en este pase de revista militar en medio de la alerta por las altas temperaturas. La capital es foco de la primera alerta sanitaria por calor de todo el año. Ahora mismo está en nivel ámbar, el segundo de tres. Lo más increíble es que no se habían alcanzado los 30 grados en Londres tan pronto desde hace una década. Una temperatura que en esta ciudad se nota mucho por la humedad y la polución.
Las imágenes que no dejan indiferente a nadie porque es algo que ni mucho menos se ve todos los días. Es realmente impactante ver a un agente de la Guardia Real Británica tirado en el suelo, desvanecido, sin soltar siquiera su instrumento, que parece que intenta, incluso, seguir tocando mientras está a punto de perder el conocimiento.
Los que se encuentran a su alrededor no es que no les importe, pero es que la norma les obliga a ignorar que su compañero se acaba de desplomar por el intenso calor. Por fin, luego de un rato, aparecen los asistentes con la camilla, algo tarde eso sí, pero la obligación del guardia le hace recomponerse. Algunos pueden, otros no. Hasta dos cayeron desmayados tras tantas horas al sol, sin descuidar su firme postura y su increíble aguante y entereza.
Durante todo el día los londinenses han tomado parques, plazas e incluso fuentes para sobrellevar el día. La prensa inglesa destaca que hace más calor que en España y la Agencia de Seguridad de la Salud pide cautela para no saturar los servicios sanitarios. Las temperaturas durarán hasta la próxima semana.