Consultado sobre las distintas propuestas para reducir la jornada laboral, el director ejecutivo del Parque Industrial La Bernalesa (PILB), Leonardo Wagner, consideró que “no lo veo factible, porque vos podés legislar para la gente que trabaja en blanco, que son entre el 50 o 60% del total. El resto trabaja en negro, gente que a veces ni siquiera cobra aguinaldo, y a la que tampoco les va a llegar la reducción horaria, porque la economía en negro no respeta los derechos laborales. Y esto, que debería ser algo marginal, lamentablemente en la Argentina es la mitad de la población”.
Entrevistado en el programa “Ir a Más° que se emite por Radio FAN (103.9 fm) Wagner agregó: “No lo veo también porque en los países donde se ha aplicado la reducción de la jornada laboral no tuvo buenos resultados. Hablo sin ser especialista en derecho comparado, pero sí de lo que he escuchado. Aun siendo países con economías más estables, no funcionó porque hay toda una sinergia en la actividad industrial que no permite el home office (a distancia) o con reducción horaria. El trabajo a distancia es más para el trabajo intelectual, de oficina, mientras que el trabajo industrial es con máquinas, más repetitivo, más coordinado y de equipo”, diferenció Wagner.
“Estamos pasando un momento bisagra, del que recién tomaremos conciencia dentro de 20 o 30 años, porque estamos viendo la irrupción de la Inteligencia Artificial en nuestra vida cotidiana, que va a transformar mucho la vida del trabajo. Estamos en una transición similar a cuando se mezcla el agua del río con la del mar, en donde no se sabe qué es cada cosa”, advirtió.
“Los trabajos desde el hogar es una alternativa muy fuerte para algunos puestos de trabajo, por ejemplo, nuestra gente de la administración trabaja un día por semana desde su casa, pero los arquitectos que controlan las obras no pueden hacerlo desde su casa. Un persona que está en la línea de producción no puede hacerlo desde su casa, pero el programador de esa máquina, sí puede hacerlo a distancia”.
Ante una pregunta, Wagner fue contundente: “Efectivamente se ve una mejoría en el rendimiento del trabajador que hace trabajo a distancia, es totalmente productivo y eficaz. Pero esto no siempre es tenido en cuenta por el industrial: Estamos hablando de pymes, cuyos dueños son generalmente los que la dirigen, personas que suelen ser mayores de 60 años, por lo cual tienen un paradigma de trabajo que colisiona con estas nuevas maneras. Entonces sólo cuando van probando que funciona, comienzan a flexibilizar; y por eso es que estos cambios no avanzan mucho en las pymes”.
“La demanda de la reducción de la jornada de trabajo está entre nosotros; justamente esta semana hay más paros de subtes por este reclamo. Pero tengamos en cuenta que la reducción por temas de salubridad ya es un hecho: la jornada es de 6 horas. Mi experiencia indica que los gremios acompañan al industrial, más allá de lo que la liturgia sindical indique, y se trabaja en conjunto mucho más de lo que la gente cree. Pero lamentablemente las paritarias funcionan sólo para hablar de salarios, y no de condiciones de trabajo. La incorporación de tecnología y su impacto en la ocupación de mano de obra es inevitable, de manera que urge una refuncionalización de los trabajadores, y hay que hablar de estas cosas. En esto los gremios no están teniendo la velocidad que exigen los tiempos”, advirtió Wagner.
“Cuando estás produciendo, vos necesitás que la mano de obra esté disponible y motivada. No vas a ponerte en la chiquita de aguijonear al trabajador, porque va en detrimento de tu relación e incide directamente en la productividad. Nosotros tenemos pymes, no tenemos plantas totalmente automatizadas, de manera que dependemos de nuestra relación con el trabajador, que es nuestro principal capital. En este sentido, queremos tener la libertad de seguir acordando con nuestros trabajadores en función de las características de cada empresa, de cada pyme, de cada trabajador. Es lo mejor que nos puede pasar a todos”, finalizó.