Según relató Sandra, dueña junto a su esposo de la Ferretería MG, la pareja de ladrones se presentó en el local minutos antes de las 15 cargando con un pequeño. Mientras hacían la cola en la calle, el niño –a upa del padre- jugaba con ella y hasta le tiraba los brazos, lo que sugeriría que ambos estaban juntos. Sin embargo, al entrar al comercio ya no se hablaban y cada cual actuaba como un comprador ocasional individual.
“Estábamos atendiendo con mi esposo el negocio cuando entraron estas personas. En la cámara se ve que cada vez que me doy vuelta, el muchacho intentaba sacar la máquina hasta que finalmente lo logró cuando fui a buscar un repuesto al fondo y mientras mi marido cobraba, y la escondió en una campera para luego llevársela”, explicó la víctima.
Mientras tanto, la chica quedó sola en el local hasta terminar de ser atendida. “Incluso fue muy amable: quería comprar una cerradura, le sacó fotos, pidió los precios, compró un barbijo y dijo ‘mañana vuelvo’. Fue rapidísimo. Lo que menos hubiéramos imaginado es que se trataba de una pareja que estaba robando. Nos sorprendió sobre todo porque estaban con una criatura muy chiquita en brazos”.
PRIMERA VEZ
Sin embargo, el matrimonio notó que faltaba la amoladora expuesta en la vidriera horas después. Recién fue entonces que decidieron revisar las cámaras de seguridad. “Nosotros hace poco que estamos, abrimos en octubre. Nunca nos pasó esto, al contrario, porque es un lugar de mucho paso de gente con vecinos muy amables y siempre nos han tratado muy bien”, remarcó la dueña del comercio robado.