Un fuerte incendio consume en la noche del lunes a la catedral de Notre Dame de París, uno de los monumentos más emblemáticos de la capital francesa, que cada año es visitado por unas 13 millones de personas. Las autoridades parisinas indicaron que toda la estructura que sostiene el techo del templo, donde se estaban realizando trabajos de restauración, «está siendo devorada por las llamas».
El fuego provocó el derrumbe de la aguja de la torre principal y de la estructura completa del techo, ante la impotencia de los bomberos, que no logran llegar al epicentro del incendio.
El ministerio del Interior local reconoció que «no es seguro» que se pueda salvar la catedral. «No estamos seguros de poder frenar la propagación en la torre norte. Si ésta se derrumba los dejo imaginar la magnitud de los daños», indicó el secretario de Estado del Interior Laurent Nuñez.
No obstante, el primer ministro, Edouard Philippe, aseguró que «los bomberos luchan, heroicos, contra el fuego» para preservar todo lo que se pueda.
Había 2000 personas -entre trabajadores y turistas- dentro de la catedral cuando se desató el incendio. Pero por el momento, no se reportaron muertos ni heridos.
Philippe Villeneuve, arquitecto a cargo de los trabajos, afirmó a los medios: «Es una catástrofe. Lloro. No puedo imaginar semejante desastre». El arquitecto aclaró que a la hora que se desató el incendio -alrededor de las 18:50 locales- ya no había trabajadores en el lugar.
El historiador especialista en arquitectura Alexandre Gady aseguró a France 24 que muchos incendios de edificios históricos ocurren durante los trabajos de restauración.
La policía ha acordonado la zona y está desalojando a los numerosos turistas que se encontraban dentro de la catedral.
Un gran despliegue de bomberos trata de controlar las llamas, pero el agua de las mangueras no ha logrado alcanzar aún el epicentro de la catedral, que es visitada por miles de personas a diario.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron suspendió un importante discurso que tenía previsto para este lunes.
LAS VOCES DEL MUNDO
Uno de los primeros líderes internacionales en manifestarse al respecto fue el mandatario norteamericano, Donald Trump, a través de su cuenta de Twitter: «Es horrible ver el masivo incendio en la catedral Notre Dame en París».
En su mensaje, el jefe de Estado sugirió utilizar aviones hidrantes para combatir las llamas. Por la misma red social, la Dirección General de Seguridad Civil y Gestión de Crisis de Francia explicó por qué no se puede hacer uso de ese tipo de nave, «técnicamente inadecuada para extinguir este tipo de fuego». «La caída de aire en este tipo de edificio podría, de hecho, llevar al colapso de toda la estructura», indicaron las autoridades.
También la canciller alemana Angela Merkel se refirió al incendio: «Estas horribles imágenes de Notre Dame en llamas duelen. Notre Dame es un símbolo de Francia y de nuestra cultura europea. Nuestros pensamientos están con los amigos franceses», tuiteó el portavoz de la canciller, Steffen Seibert.
Otra que se expresó fue la primera ministra británica, Theresa May, quien aseguró que todos los pensamientos «están con el pueblo francés».
HISTORIA DE LA CATEDRAL
Dedicada a la Virgen María, la Catedral de Notre Dame (en español, «Nuestra Señora») es una de las catedrales góticas más antiguas del mundo. Fue construida entre 1163 y 1245 en la Île de la Cité, en el medio de la capital francesa y rodeada por las aguas del río Senna, y ha sido reformada en varias ocasiones, siendo la más importante la de mediados del siglo XIX.
En Notre Dame han tenido lugar varios acontecimientos importantes de la historia francesa: desde la coronación de Napoleón Bonaparte, hasta la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra.
Notre Dame tiene dos torres de 69 metros en su fachada a las que se accede por 387 empinados escalones a pie, ya que no dispone de ascensor. En la parte superior de las torres se encuentra el campanario, que junto con la vista panorámica y las famosas gárgolas atraen a millones de turistas al año.